Llena de intriga, decidí ir a pasar el día allí.
Tenía razón. Las calles, la arquitectura, los jardines... todo es precioso y hay mil cosas que ver. Entendí porqué Felipe II nombró a este municipio como uno de los Reales Sitios de la Corona de España, debía ser el lugar perfecto para pasar el verano en aquella época.
Su edificio más famoso es el Palacio Real, pero los jardines no tienen desperdicio y, en sus calles, se aprecia perfectamente el trazado cuadricular que caracterizaba al urbanismo por aquel entonces.
Nosotros llegamos a mediodía. Aparcamos al lado del Palacio Real y fuimos andando hasta los Jardines del Príncipe. Ahora en primavera la naturaleza está en su mejor época. ¡Los árboles enormes, las flores de diferentes colores y los campos verdes hacen que esos jardines estén preciosos!
Al final del jardín se encuentra el Museo de Falúas, donde muestran algunos de los barcos de vela pequeños que se utilizaban antiguamente. Pero, enfrente del museo, está el restaurante que os voy a recomendar hoy: El Castillo de 1806.
Es un espacio bucólico y singular bañado por una densa vegetación. Por aquel entonces, era un refugio para los cazadores, pero hoy en día es un lugar precioso donde poder celebrar algún evento, o simplemente ir a comer un día cualquiera.
Está situado en los Jardines del Príncipe y a orillas del río Tajo. El exterior es precioso, tiene un jardín grande donde poder disfrutar en verano. Pero, el interior es mejor aún. La arquitectura interior del restaurante es una cúpula de enorme altura del siglo XVIII con el ladrillo como único material. La iluminación directa hacia el techo da sensación de calidez y de tranquilidad.
En cuanto a la carta, se basan en las materias primas de la comarca. Las exquisitas verduras y la caza de los montes de Toledo son su especialidad, ofreciendo una cocina tradicional renovada y moderna. Tienen tres cartas anuales, para ofrecer a los clientes los mejores productos de cada temporada.
Nosotros pedimos todo para compartir:
- Foie de pato mi cuit con gelatina de frutos rojos
- Pulpo a la parrilla con patata y nieve de pimentón
- Estofado de rabo de toro a la antigua con croqueta líquida de monalisas (espectacular)
De postre nos invitaron a un sorbete de limón con nube de menta y golosina de frutos rojos.
Una mezcla perfecta: lugar histórico con comida actual de calidad.
El entorno es como salido de un sueño, la comida buenísima y el servicio inmejorable.
Eso sí, el precio va acorde con el lugar. Nos costó 30-35€ por persona, pero para celebrar algo en pareja es una buenísima opción ;)
Dirección: Camino de Colmenar s/n. Reales Jardines del Príncipe, Aranjuez
Tlf: 918913000
Espero que os guste, que vayáis, y que disfrutéis de Aranjuez tanto como lo hice yo.
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