Escapada rural

Este fin de semana he aprovechado que el lunes era fiesta para hacer la escapada rural que tanto me apetecía.

Hay tantos pueblos bonitos en España por descubrir, que cualquier destino era apetecible. Como sólo teníamos una noche, elegimos un destino cercano. Y, debido al frío de esta época, yo tenía claro que tenía que ser por el Sur. Toledo y Cáceres fueron nuestra elección.

Salimos el sábado por la mañana de Madrid dirección Plasencia, Cáceres. Se tardan un par de horas, pero el viaje es por autopista y muy cómodo. Llegamos a Plasencia sobre las 14h y aparcamos en un parking público gratuíto que hay en la zona baja. Para subir al interior de la muralla, hay unas escaleras mecánicas exteriores muy curiosas (pensé que esto sólo se veía en Japón, pero no, en Plasencia también lo tienen.) 

Atravesamos la Puerta del Sol para entrar en la muralla y recorrer el casco histórico. Callecitas empedradas llenas de artesanía y productos locales nos rodeaban, hasta llegar a la Plaza Mayor. Hacía tan buen tiempo, que comimos en una de las terrazas de la plaza, mirando al reloj del ayuntamiento, en el que una escultura enorme de El abuelo Mayorga, se mueve cuando el reloj marca cada media hora.

Alrededor de esta plaza es de donde sale todo el casco antiguo, compuesto por un montón de casas señoriales, palacios, la catedral, etc… Eso es lo que vimos después de comer. Dimos un paseo recorriendo todas las calles centrales, para luego salir y ver el acueducto. Al lado de éste, se encuentra el Parque de los Pinos, en el que hay pavos reales, cisnes y patos sueltos con los que te puedes fotografiar (si se dejan).

Después de divertirnos un buen rato con los animalillos, decidimos poner rumbo al pueblo donde íbamos a pasar la noche. Valdeverdeja está a una hora de Plasencia, dirección Madrid, y es un municipio de la provincia de Toledo. Tiene alguna casa señorial, una ermita y alguna iglesia, pero el pueblo es bastante pequeño. Lo especial que tiene es la casa rural que elegimos, La Almazara de Valdeverdeja. Tiene habitaciones dobles, suites o villas independientes de todo tipo, ¡algunas con jacuzzi y chimenea incluidos!. El lugar es muy tranquilo y perfecto para parejas. Hay incluso servicio de masajes para relajarse, piscina y bicicletas gratis para los clientes. La única pega es que no tienen servicio de restaurante, pero el gran desayuno está incluido y te lo llevan a la habitación. Para cenar ellos mismos te dan varias opciones, y nosotros elegimos una casa rural en el pueblo que se llama Casa Bermeja. Es muy pequeñita y muy mona. La cena estaba muy rica, a muy buen precio los menús y nos atendieron fenomenal. No se qué tal serán las habitaciones, pero seguro que agradables también.

Al día siguiente nos pusimos en carretera para visitar Oropesa de Toledo. Yo tenía muchas ganas de visitar el castillo, ya que había leído que era muy bonito y que había sido utilizado para grabar algunas escenas de la serie Isabel. Primero llegamos al Parador, un impresionante edificio histórico repleto de grandes salones, columnas, soportales y un enorme patio bajo la Torre del Homenaje.

Desde allí, seguimos subiendo la cuesta y llegamos al castillo donde, para nuestra sorpresa, ¡había un mercado navideño medieval dentro del castillo!

Una perfecta ambientación en el mejor escenario posible y con villancicos de fondo, inmejorable para trasladarnos directamente a la época.

Para subir a las torres del castillo, hay que pagar 3€, pero merece totalmente la pena. Es alucinante ver el diminuto tamaño de las escaleras y de los techos por las que se movían, y mucho más aún observar las preciosas vistas desde arriba de toda la ciudad. ¡Me encantó!

Lamentablemente, no pudimos quedarnos a comer, pero en la plaza Mayor había muchas terrazas con muy buena pinta para comer, me quedé con ganas.

Un fin de semana rural muy completo y donde el tiempo nos acompañó en todo momento. ¿Cuál será mi próximo destino rural? Aquí hay una selección de 15 posibilidades. 

¡Espero que te haya gustado! ¿Me recomiendas algún otro pueblo que merezca la pena?

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