Son colores llamativos que aportan mucha luminosidad y movimiento a cualquier estancia. Además de ser estimulantes y enérgicos, está demostrado que nos ayudan a mantener el buen animo y a transmitir emociones. Por eso, multitud de jóvenes se están atreviendo con esta tendencia en su casa, ya que se sienten más divertidos y con más personalidad.
Aún así, hay que tener cuidado y conservar un cierto minimalismo para evitar que un espacio pase a convertirse en locura. Para esto, es una buena idea introducir estos fuertes colores en detalles puntuales.
Por ejemplo: en una estancia en tonos blancos, bastará con un marco o almohadón para aportar ese punto de diseño.
También es importante tener en cuenta en qué estancia se quiere aplicar esta decoración. No son adecuados para habitaciones privadas, como el dormitorio, ya que ese impacto visual y aporte de energía puede afectar al descanso o al sueño. Sin embargo, para las zonas comunes, como la cocina o sala de estar, son perfectos porque animan a hacer actividades y a pasar un buen rato en momentos de ocio.
Creo que es una tendencia muy potente siempre que se sepa combinar. La gracia está en destacar pequeños elementos sin pasarse ya que son colores fuertes y muy llamativos.
El cable de una lampara a la vista, el marco de un espejo, el rodapié, un sofa o un artículo decorativo en alguna esquina será suficiente para conseguir ese aspecto divertido.
¿Te animas a coger la brocha y ponerte manos a la obra? ¡El resultado es genial y muy sencillo!
Me encantan estas puertas amarillas, ¿a vosotros?
Os dejo también algunos artículos que he encontrado a buen precio:
Lámparas de Ikea (7,99€)
Taburete Azul de Maisons du monde (59€) Silla de IKEA (19€)
Almohadon Maisons du monde (14,9€) Almohadones terciopelo Zara Home (3,99€ y 9,99€)
Y recuerda, muchas veces MENOS ES MAS ;)
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Fuente de las fotos: Pinterest
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